El pasado día 1 de Mayo, solemnidad de San José Obrero, a las 12:30h volvimos a realizar, como bien recogen las reglas de nuestra Hermandad, Función Principal de Instituto. Inmersos en este tiempo de Pascua y caminando alegres al encuentro del Espíritu, nos reunimos como Hermandad para celebrar a nuestro titular: San José Obrero. Este día viene a recordarnos que si hay algo afín a todas las personas, es el mundo del trabajo, pues todos tenemos el encargo de trabajar para construir el mundo que se nos ha dado, cada uno desde su situación, su edad y su condición; pero todos juntos construyendo esa hermosa creación que Dios puso en nuestras manos para que disfrutásemos de ella. Mediante la figura de San José Obrero lo podemos ver bien claro, por eso el día 1 de Mayo es el día grande de nuestra Hermandad.
Ofició la Santa Misa Padre fray Franco Pascucci OM que también lo hizo durante los tres días de Solemne Triduo que antecedieron a esta Función Principal. Las lecturas del día presentaban el trabajo humano como una colaboración con el acto creador de Dios: somos administradores de la creación, a quienes Dios ha confiado el trabajo de sus manos. Trabajemos como administradores, unos de otros, y de la creación de Dios como hizo José, que fue un hombre que con su trabajo manual hizo realidad lo que antes era sólo pura idea. Esta es la enseñanza que Padre Franco nos dejó en su homilía.
Durante el ofertorio se realizó Protestación de Fe pasando a besar los titulares de las vitelas de nuestro libro de reglas y con la mano derecha en las Sagradas Escrituras. Muchas fueron las representaciones que nos quisieron acompañar: Nuestra Señroa de Araceli, Anunciación de Juan XXIII, Santa Lucía, Cautivo de San Pablo, María Auxiliadora de la Trinidad, Carmen de Calatrava, Jesús de Nazaret (Pino Montano), Desamparado y Divino Perdon de Parque Alcosa y nuestro Delegado de Glorias del Consejo de Hermandades y Cofradías que también pasaron a hacer Protestación de Fe con todos los fieles y devotos.
Numerosos miembros del Grupo Joven asistieron a la Función Principal y participaron activamente en este culto llevando hasta el altar las ofrendas así como en la lectura de las peticiones.
La Cruz, la Sierra de San José, el Libro de Reglas, las Sagradas Escrituras, los donativos recogidos durante la Misa y lo que no podían faltar, el pan y el vino, fueron las ofrendas.
De nuevo la Parroquia repleta de fieles el 1 de Mayo como desde hace más de cincuenta años rindiendo culto a San José Obrero. Labor a destacar también la de los acólitos que siempre al servicio del altar engrandecen más si cabe la celebración litúrgica de esta solemnidad.
Fotografías: V.M.Cascales V.
